Efectos del deporte sobre el suelo pélvico
Para muchas de nosotras, sobre todo a medida que pasan los años y tenemos niños, el suelo pélvico pasa de ser un zona del cuerpo desconocida a cobrar mucha importancia. En anteriores entradas hemos hablado de los ejercicios específicos de kegel y de cómo realizarlos o cuándo retomarlos tras un parto. ¿Pero qué hay del deporte en general? ¿Cómo afecta a nuestro suelo pélvico?
Algunos de los deportes más populares debilitan el suelo pélvico y son los mismos que deterioran las articulaciones: los llamados deportes de salto o de impacto, así como aquellos que implican una compresión del abdomen. Esto se debe a que se ejerce una presión extra en estas zonas que con el tiempo, y dependiendo de nuestras característica físicas y vitales, puede desembocar en problemas de incontinencia urinaria o prolapsos.
Cómo diferenciamos los deportes de impacto:
Podemos distinguir si un deporte es de impacto con un simple ejercicio: mientras lo realizamos, ¿tenemos siempre al menos un pie apoyado en el suelo o algún tipo de apoyo que soporte nuestro peso? Si la respuesta a ambas preguntas es no, es que se trata de un deporte de impacto, como el running, el aerobic o el step. Si practicas algún deporte con algún elemento que “te soporte”, como la bicicleta, puedes estar tranquila, no es un deporte de impacto.
Los deportes acuáticos, tampoco implican impacto, ya que el agua ejerce la función de soporte, flotamos en ella y por tanto no sufrimos una fuerza rítmica y contundente en nuestro cuerpo como cuando saltamos con la cuerda o corremos.
El running, el aerobic y similares:
Cuando realizamos alguno de estos deportes, el cuerpo recibe un impacto a través de los pies que se distribuye al resto del cuerpo, generando presión en músculos (como los del suelo pélvico) y articulaciones. Someter regularmente al cuerpo a esta presión extra, acaba repercutiendo en la fortaleza de los músculos del suelo pélvico, que se volverán más débiles y blandos.
La mayoría de deportes cuentan con alternativas similares sin impacto o de bajo impacto. El running, seguramente el más popular, cuenta con diferentes alternativas. Por un lado tenemos la elíptica, que emula el movimiento de correr eliminando el impacto completamente, o caminar en la cinta o en el exterior. El aerobic cuenta con una variedad de bajo impacto (esto dependerá del programa y del instructor) y el step se puede hacer con máquina en lugar de plataforma.
Otros deportes que no afectan de manera negativa al suelo pélvico son la bicicleta, el spinning, la natación, el Aqua gym… y que también nos pueden servir como alternativa si queremos evitar los deportes de impacto.
Los abdominales, el yoga y el pilates:
Al realizar ciertos movimientos, ejercemos una presión adicional sobre el suelo pélvico sin ser conscientes de ello. Esto ocurre con los abdominales tradicionales y algunos ejercicios de yoga y pilates. Los abdominales, si no queremos abandonarlos, es preferible que los hagamos sin contrapesos o limitarnos a los llamados abdominales hipopresivos, que tienen la misma finalidad que los abdominales corrientes, pero cuidan la postura y respiración para limitar los efectos en nuestro suelo pélvico.
En cuanto al yoga y el pilates, lo mejor en estos casos es hablar con el instructor y que él nos cuente si en su programa evita estos ejercicios o no y si realiza otros que ayudan a ejercitar el suelo pélvico y así compensarlo.
¿Hasta qué punto debemos preocuparnos?
Hemos de recordar que los efectos en el suelo pélvico se observan a largo plazo. Esto quiere decir que, si somos deportistas ocasionales, no tenemos de qué preocuparnos. Si, por el contrario, entrenamos con regularidad y notamos que nuestro suelo pélvico empieza a resentirse, mejor empezar a realizar ejercicios específicos para fortalecer el suelo pélvico y compensar. Es importante conocer nuestro cuerpo y el estado de nuestros músculos. No sufrirá lo mismo una persona con el suelo pélvico debilitado que una que lo tenga fuerte. Y tampoco olvidemos, que los hombres también tienen suelo pélvico y pueden presentárseles los mismos problemas relacionados que a las mujeres.
Nosotras vamos a empezar a pensar más en la salud de nuestro suelo pélvico y vamos a probar algunas de las alternativas a los deportes que realizamos a diario. ¿Y vosotras? ¿Qué opináis después de saber un poco más sobre esto? ¿Cambiaréis alguna de vuestras rutinas?