¿Existe la sincronización menstrual entre mujeres?
¿Os ha pasado alguna vez que, cuando compartes muchas horas con una amiga, vuestros ciclos parecen sincronizarse? A nosotras sí que nos ha pasado, por eso teníamos curiosidad por descubrir si era casual o real. Hemos encontrado varios artículos sobre la sincronización, pero el más completo es el escrito por Esther Samper (@Shora) (2012). Os dejamos el link y el texto debajo:
«El primer planteamiento de la existencia de la sincronización menstrual en el ámbito científico ocurrió hace apenas 40 años. Fue una psicóloga llamada Martha McClintock quién lo estudió científicamente y aportó sus resultados iniciales en Nature en 1971. Por esa razón, a la sincronización menstrual también se le conoce como el Efecto McClintock. Aunque también se le ha dado otros nombres, como la “Regulación Social de la Ovulación”.
«Esta sincronización de los periodos menstruales se cree que podría ocurrir en lugares donde las mujeres conviven durante largos periodos de tiempo, ya sea entre hermanas, madre e hija en el hogar familiar o en conventos, burdeles, residencias de estudiantes e incluso en algunos puestos de trabajo. Este fenómeno también se había observado debilmente en algunos animales de experimentación como ratones y conejillos de indias.
McClintock se dio cuenta por primera vez de este hecho al observar a siete socorristas (obviamente, todas ellas mujeres) que comenzaron el verano con periodos totalmente diferentes y que, al cabo de tres meses, menstruaban prácticamente en los mismos días.
Pero esta observación no era suficiente y McClintock decidió estudiar el fenómeno con mayor rigor. Realizó una investigación en una residencia universitaria con 135 mujeres (aquí el artículo). El resultado que obtuvo pareció confirmar lo que anteriormente había sospechado con las socorristas. Los ciclos comenzaban a sincronizarse durante los cuatro primeros meses y, al cabo de siete meses, la sincronización ya era completa. Aún así, no crean que las 135 mujeres se sincronizaban al unísono, no. Sólo ocurría entre compañeras de habitación y amigas íntimas.
Ante los estudios mencionados anteriormente, muchos investigadores han tratado de replicar los resultados y así conocer con mayor profundidad el fenómeno. Incluso algunos científicos analizaron con gran detalle los estudios de McClintock para averiguar la fiabilidad de sus resultados. No tardaron en aparecer evidencias que alejaban cada vez más a la sincronización menstrual de la realidad hasta acercarla más al dudoso mito.
Tras conocer los resultados de McClintock, muchos investigadores trataron de reproducir sus resultados en personas, ratas, hamsters y chimpancés. El resultado global de ellos es francamente controvertido. Alrededor de la mitad de los estudios rechazan la hipótesis de la sincronización menstrual mientras que la otra mitad muestra resultados a favor. El problema es que muchos de estos últimos fueron criticados por tener un pobre diseño experimental o análisis estadístico.
Los estudios de McClintock tampoco se libraron de este hecho. El antropólogo H. Clyde Wilson analizó rigurosamente el primer experimento de la psicóloga junto con otros estudios de diseño similar. Averiguó que la diferencia entre los comienzos del periodo menstrual estaban inflados al comienzo de sus estudios. Corrigiendo este factor y otros errores metodológicos se eliminaba cualquier diferencia significativa a favor de la existencia de la sincronización menstrual.
Por si todo esto no aportaba dudas más que razonables sobre la sincronización menstrual, en 2006 se publicó un estudio en la revista Human Nature que era el más duradero realizado hasta la fecha investigando este fenómeno. Se siguió durante un año a 186 estudiantes chinas viviendo en dormitorios. ¿Los resultados? No se observó ninguna evidencia de sincronización menstrual, sólo coincidencias al azar que podrían percibirse como sincronía si se viera en un estudio a corto plazo.
¿Existe o no existe la sincronización menstrual?
La evidencia científica de este fenómeno es muy controvertido y no hay una respuesta clara. Aunque es cierto que los estudios más rigurosos y amplios no muestran resultados a favor, sí que existen una serie de estudios que demuestran una modificación del ciclo hormonal tras la inhalación del sudor de otras mujeres. ¿Podría ser que la sincronización menstrual no fuera algo generalizado sino que sólo se diera una modificación del ciclo en determinadas mujeres y en determinadas situaciones? Esto podría explicar por qué los resultados en los estudios son tan contradictorios. Es una posibilidad, la otra es que, simplemente, la sincronización menstrual no exista y los resultados positivos encontrados en determinados estudios se deban a fallos metodológicos.»