¿Qué contiene la sangre menstrual? Su composición al descubierto

¿Qué contiene la sangre menstrual? Su composición al descubierto

A pesar de ser tan antigua como la humanidad, la menstruación ha pasado desapercibida durante siglos para la comunidad científica. Se estudia la sangre que corre por nuestras venas, el suero, la orina, pero ¿y la sangre menstrual? Ahora científicas de la Universidad de Granada están investigando su composición y han descubierto en ella la presencia de contaminantes químicos. Un hallazgo que permitirá estudiar el riesgo de padecer ciertos desórdenes menstruales. Entre ellos, la endometriosis.

Los cosméticos que usamos cada mañana, los detergentes para limpiar la casa, los plásticos de los tuppers, los fármacos para apaciguar el dolor… Muchas de las cosas que nos rodean, que inhalamos e ingerimos contienen parabenos u otros tóxicos que pueden afectar a nuestra salud. Son los conocidos como disruptores endocrinos. Su relación con el desarrollo de enfermedades reproductivas, trastornos del metabolismo, problemas cardiovasculares y cáncer está en el punto de mira de muchas investigaciones. Para medir la presencia de todos estos contaminantes químicos en nuestro cuerpo, los laboratorios suelen analizar muestras de suero y orina. Pero, en el caso de las mujeres, ¿por qué no analizar la sangre menstrual?

¿Por qué los científicos no estudian la sangre menstrual?

Eso mismo se preguntó un equipo de científicas de la Universidad de Granada, que hoy encabeza un estudio pionero que analiza la sangre menstrual. La sangre que las mujeres en edad fértil producimos y liberamos una vez al mes durante unos 40 años. Y si lo han logrado es, en parte, gracias a la extensión del uso de la copa menstrual, que les permite recoger íntegra y limpiamente la menstruación. Una clara diferencia respecto a otros dispositivos, como compresas y tampones, que absorben la regla e impiden su recogida.

Enriqueta Barranco y Olga Ocón son las ginecólogas corresponsables de este estudio. La idea, cuentan, surgió al ver que en su consulta hay cada vez más mujeres que aseguran experimentar menstruaciones extraordinariamente abundantes y prolongadas. El estudio de la sangre menstrual les permite, por un lado, medir el volumen de la menstruación y, por otro, estudiar a fondo su composición. ¿Podría estar ese aumento de sangrado relacionado con los contaminantes químicos?

La popularización del uso de la copa menstrual, que permite recoger la sangre de forma íntegra y limpia, ha facilitado la aparición de nuevas investigaciones sobre la sangre menstrual, como ésta que analiza los contaminantes orgánicos que contiene

¿De qué se compone la sangre menstrual?

Dicen los (pocos) estudios científicos hechos hasta la fecha que la sangre menstrual está compuesta de agua, diversas células muertas del endometrio, lípidos y proteínas. También de algunas hormonas como la progesterona y un componente de suma importancia para nuestra salud: células madre. Las células madre tienen una alta capacidad de regeneración de tejidos corporales –orgánico, muscular u óseo–. Es por eso que ya se usan en laboratorios de crio-genética para curar enfermedades celulares como la leucemia o el cáncer. Lo que hasta ahora no se sabía es que, además de todas estas sustancias, la sangre menstrual también contiene contaminantes químicos.

La sangre menstrual está compuesta de agua, células muertas del endometrio, lípidos, proteínas, hormonas como la progesterona, células madre y contaminantes orgánicos

Imagen del Hospital Alemán Oncology Center (Argentina)

¿Hay contaminantes químicos en la sangre menstrual?

Según el estudio de las científicas granadinas la respuesta es clara: sí. Barranco y Ocón han desarrollado una nueva metodología analítica para determinar la presencia de contaminantes orgánicos en el organismo. Su hallazgo –publicado en Journal of Chromatography B– concluye que la sangre menstrual de todas las mujeres analizadas contenía contaminantes orgánicos. Los más detectados: el metilparabeno y la benzofenona. Lee un extracto del estudio.

Y es que por mucho que nuestro organismo se esfuerce en asimilar los parabenos, no lo logra. En su afán por lograrlo, los transforma en derivados más sencillos que puedan ser expulsados fácilmente por la orina. Sin embargo, nuestro sistema excretor no es completamente efectivo. De forma que estas sustancias tóxicas pueden acumularse en diferentes sitios de nuestro cuerpo. El tejido placentario, la leche materna y la sangre menstrual son algunos de ellos.

El estudio analizó la sangre de la regla de 25 mujeres españolas y en todas se encontró alguno de los 10 compuestos tóxicos analizados

¿Tienen los contaminantes químicos relación con la endometriosis?

Tras corroborar y medir la presencia de parabenos en la sangre menstrual, ahora las investigadoras buscan establecer relaciones entre estos tóxicos y varios transtornos. Entre ellos, el aumento de sangrado, los desórdenes menstruales o la endometriosis. “Eso nos ayudará a esclarecer hasta qué punto la sangre contribuye al funcionamiento hormonal del útero”, dice Ocó. Y, por ende, al control del ciclo menstrual. De hecho, “es posible que la exposición a los parabenos afecte a la función del útero. Y, por tanto, a la regulación del ciclo menstrual y a la cantidad y duración del sangrado menstrual”, añade”.

Ahora su próximo objetivo es analizar más muestras de sangre menstrual. ¿El objetivo? Aportar mayor evidencia sobre la relación entre el sangrado y el riesgo de desórdenes menstruales y endometriosis. Desde lacopamenstrual.es estaremos atentas a su evolución.

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